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domingo, 7 de agosto de 2011

Reynoso y sus "Inocentes"

Por Carla Gonzales

El lunes 25 de julio del presente año, a las 7pm, en el auditorio César Vallejo de la FIL de Lima, se realizó el homenaje a un autor por demás reconocido: Oswaldo Reynoso, cuya primera obra, Los Inocentes, constituyó un cambio en la narrativa peruana de los años 60`s. Tomando ese preámbulo, pasemos a desarrollar los eventos ocurridos en dicha ceremonia:
Iniciando el homenaje, Enrique Planas, con mucha emoción, nos contó el porqué del merecido reconocimiento al escritor, basándolo esencialmente en su obra iniciática, donde se puede observar el límite entre un antes y un después en la literatura peruana, esto debido a las herramientas que maneja en el lenguaje –apropiando el habla popular articulada a la poesía-, la irrupción de nuevos personajes en el manejo de una nueva narrativa, los jóvenes y sus vicisitudes, tal como expone dicho ponente, y, entre ambos cambios, el papel de situar el deseo y el cariño en la adolescencia, impuesta a pensar y actuar distinto a lo que le repara su sociedad, como diría José María Arguedas, “el lenguaje de Oswaldo Reynoso es poesía en el ambiente popular”.

Manuel Velásquez, fue otro de los ponentes que participo en el mencionado homenaje, baso su participación en la trayectoria de Reynoso e inició su ponencia con un sabor a “caramelos de menta” (haciendo alusión al cuento de Cara de Ángel”) en la boca, dándonos una perspectiva de cómo en el despacho de un amigo, recibió junto con diversos colegas la primera narración de Los Inocentes, acentuando que dicha obra inició una “renovación de la prosa narrativa peruana”.

En cuanto a lo dicho líneas antes, demuestra la diferenciación entre La Casa de Cartón (1918) con La obra Los Inocentes (1961), dado que algunos estudiosos han querido mostrar a la obra de Martí Adán como antecedente a la producción de Reynoso, siendo erróneo dicho postulado por lo siguiente: en cuanto a las diferenciaciones, en La Casa de Cartón se muestra como el yo narrador y el yo autor se confunden con el narrador (Ramón) además de presentar un lenguaje barroco; en Los Inocentes, por el contrario, no hay un personaje principal, sino que existen seis personajes constantes, siendo cada uno el protagonista de su capitulo, además de presentar el inicio de una “literatura de la calle”, por medio de un lenguaje popular y el manejo de los problemas existenciales de la juventud de su tiempo.

En cuanto a las similitudes, ambas obras, y es un punto importante que señala el presentador, son libros intempestivos, con protagonistas juveniles y que presentan la intención de trabajar el lenguaje, claro, cada cual a su estilo reaccionario a su época.

Luego, la directora cultural de la Cámara Peruana del Libro, Doris Moromisato, tomo la palabra para dar a conocer algunas anécdotas sobre su amistad con Oswaldo Reynoso y darle el titulo de “best-seller clandestino” a su tan nombrada obra además de tenerlo como el autor más admirado de la literatura viva de nuestro tiempo. Terminando con los expositores, llegó el turno del presidente de la Cámara Peruana de Libro, el señor Jaime Carbajal, quien aparte de dar palabras de agradecimiento al homenajeado, al público asistente y a los que compartían con él la mesa, pasó a dar mención a la obra de Reynoso como la puesta de protagonismo a los sin-voz en la narrativa hasta ese entonces escrita, apuntando que nuestro autor era el ser en el que “el sueño de vivir de la literatura en el Perú” se había hecho realidad, presentando como muestra del homenaje, la entrega de una placa conmemorativa en relación a su trayectoria.

Ya casi terminando el homenaje, mientras Oswaldo Reynoso agradecía a sus personajes ¡zas! Ellos se le aparecieron, Cara de ángel, Colorete, Carambola, El rosquita, quienes reclamaron al autor el porqué los había abandonado, a lo cual respondió con palabras asertivas que no los había abandonado, que seguían en su corazón y que “algún día encontrarán un corazón a la altura de su inocencia” provocando el clímax de la representación y, junto a ellos y todos los presentes, promoviendo, a sonido del “Maringá” un brindis, ellos con cerveza, el publico con vino, a la salud de un público, una gente, que es “mi país, es el rostro de la gente que yo amo”, terminando así el evento.

Para terminar, un comentario que se me viene a la mente es el siguiente: si bien “Los Inocentes” es la obra cumbre de Oswaldo Reynoso, por lo que hemos podido apreciar en los comentarios de los ponentes en el homenaje, ¿es la única obra que merece consideración?, ¿no significan El Escarabajo y el hombre, Los eunucos Inmortales, o su poemario Luzbel, entre tantas obras, otra raíz de su amplio pasaje narrativo? Bueno, como dije antes, solo un comentario que, si se puede, nos llevará a un razonamiento interesante.

5 comentarios:

  1. "y que “algún día encontrarán un corazón a la altura de su inocencia” provocando el clímax de la representación " Esta parte me puso la piel de gallina. Gran texto!
    saludos
    Julio Barco

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  2. Hey gracias, se te invita si deseas a leer "Los Inocentes", la verdad es que es muy bueno el libro, y esa frase. la que te gustó, pertenece al epilogo del ultimo cuento de esa obra, un ojo si gustas, sino, igual habrá oportunidad de transmitir la emoción de las obras de Reynoso.

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  3. ¿Hay gran diferencia entre "diferenciación" y "diferencia"?

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  4. Por favor, cuando comenten el blog, dejen sus datos para poder contestar a todas sus preguntas y comentarios y lograr así una conversación y/o debate fluido. Con dejar un nombre es suficiente.

    Los anónimos no serán contestados.

    Gracias.

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  5. Su novela En octubre no hay milagros es tambièn canònica

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